lunes, 12 de diciembre de 2011

Londres, también es taurina.


¿Londres taurina? Una ciudad con tanta diversidad cultural (quizás la ciudad más cosmopolita del mundo) y donde la mitad de su población es foránea, no es extraño que exista un grupo de aficionados a los toros que se hayan organizado y formado el Club Taurino de Londres.

Este club se formó en 1959 y en la actualidad tiene un poco mas de 300 socios alrededor de todo el mundo. Lo que habla de la diversidad cultural del club y de la universalidad de la tauromaquia. Reflejo de esta ciudad, los socios del club no solo son ingleses, sino de varias partes del mundo, incluido, entre otros, alemanes, argentinos, irlandeses, suecos y por supuesto españoles.

El Club Taurino of London, como es llamado aquí, se reúne mensualmente en el Restaurant Bar “Don Pepe” de la capital británica.  Aquí se realizan conferencias, tertulias, se muestran videos, en fin… todo lo necesario para estar actualizado en la fiesta de toros. Estas reuniones son desarrollas, como es lógico, en el idioma inglés. En la pasada reunión del mes de diciembre estuvieron de invitados: el matador portugués Victor Mendes, y el criador de la ganadería portuguesa “Palha”, João Folque de Mendoça.

Además, todos los años el club realiza una gala anual, donde se reúnen todos los socios e invitan a personalidades del toreo, este año el invitado especial fue el matador Vicente Barrera. En esta reuniones el club da a conocer al triunfador de la temporada recién finalizada en sus distintas categorías, este año los premios fueron para el Matador: José María Manzanares; Novillero: Victor Barrio; Rejoneador: Pablo Hermoso de Mendoza; y Ganadería: Garcigrande.

Algunos de los integrantes del Club Taurino de Londres son aficionados prácticos, los cuales viajan constantemente a España, no solo para disfrutar las grandes ferias, sino para participar en tentaderos o festivales. El club también publica una revista bimestral llamada “La Divisa” con más de 70 páginas, una muy buena publicación taurina en el idioma inglés.

Un ejemplo más de que el toreo no tiene fronteras.