jueves, 23 de septiembre de 2010

El mejor partido del Mundial….

En este mundial se jugaron 64 partidos, la gran mayoría nulos para nuestra memoria. Sólo se quedarán en el recuerdo uno que otro, uno de ellos sin lugar a dudas fue el Uruguay-Ghana.
Cuando finalizó la ronda de grupos y quedaron aparejados los partidos de la segunda ronda,  habían quedado en esta llave cuatro equipos con poco atractivo (Uruguay, EUA, Corea y Ghana) en comparación a los otros posibles cruces en cuartos, tal como fue el Brasil-Holanda o el Argentina-Alemania.
Mi boleto estrella para este mundial era un cuartos de final, efectivamente ese 2 de julio en el Soccer City. De momento me lamenté, porque podría haber visto un Corea-EUA, imagínense!!! Mi novia me comentó ¿y si los vendemos…?, lo dudé, pero en realidad mi respuesta desde el principio la tenía muy clara, era un cuartos de final de Copa del Mundo y fuese el que fuese no los iba a vender, tenía que estar ahí. Un día cualquiera no creo que nadie (excepto uruguayos y ghaneses) se preocupase por ver un “Uruguay-Ghana” (con todo respeto sea dicho).  Pues dentro de las posibles combinaciones sin lugar a dudas esta fue la menos lamentable. Ghana había dejado de ser Ghana, era en esos momento África, sí, el equipo de todo un continente. Uruguay al fin de cuentas no importa su nivel competitivo es una leyenda en el futbol.
Empecé a verle el lado positivo, y empecé hacer relaciones históricas como por ejemplo que el Candombe música propia de Uruguay, tiene sus raíces en África. Esta llegó a orillas del Rio de la Plata debido a la gran afluencia de negros esclavos durante la época colonial. Como también aquel primer campeonato sudamericano de futbol (hoy Copa América) cuando Chile denunció al campeón Uruguay,  porque había alineado a dos africanos, que en realidad eran dos negros uruguayos, Isabelino Gradín y Juan Delgado, descendientes de esclavos africanos. Uruguay era entonces el único equipo con jugadores negros en su selección.
En fin…, llegamos como siempre, tratándose de un mundial, temprano al estadio. El ambiente era menor que los otros partidos que habíamos visto en ese mismo recinto. La gente estaba más interesada en las pantallas viendo lo que pasaba en el Brasil-Holanda, que en el partido que íbamos a presenciar.  Efectivamente el 95% del estadio iba con Ghana, pero era un ambiente raro, ya que del mismo Ghana en realidad había poca gente. Recordemos que Ghana de Sudáfrica está a más de 4,000 mil kilómetros y para llegar implica un gasto. En un partido de estas características quien lleva el ambiente son los seguidores del propio país, en este caso, aunque los locales apoyaban al equipo africano, no existía la misma pasión que si fuese su país. Era un apoyo un poco burdo, vuvuzelas y vuvuzelas;  cuando Ghana llegaba al marco contrario se escuchaba un grito ensordecedor, pero nada más, nada creativo…, excepto un pequeño grupo, que sí era de Ghana, con unos bailes rítmicos y simpáticos. El hincha africano no tiene cánticos, porras, gritos tan vistosos y emotivos como los europeos y sudamericanos.
En mi caso sucede que cuando estoy fuera de mi país y más viendo fútbol, apoyo y voy por América Latina. Independientemente del cariño que por mi historia le tengo a Uruguay, ese día tenía que ser Celeste. Obvio cuando entramos al estadio y después de haber colgado en lo alto, como lo hice en todos los partidos anteriores mi bandera de México, nos colocamos con la pequeña porra uruguaya ubicada atrás de las bancas (zona A), un excelente lugar!!! Si Ghana hubiera enfrentado algún otro país que no fuera latinoamericano, por supuesto lo apoyaría y me hubiera gustado que un equipo africano llegara a Semifinales, pero…
El partido ya todos los saben, al principio del primer tiempo Uruguay empezó dominando, después Ghana se vio mejor que los charrúas, hasta que en el último minuto del primer tiempo Ghana hace el 1-0. Ahí fue donde en realidad me di cuenta del apoyo que tenía Ghana y de la trascendencia que este triunfo tendría para el continente. Mientras yo seguía apoyando a la Celeste como uno más…  
En realidad donde estaba la porra uruguaya pocos teníamos boletos de esa zona, simplemente nos fuimos agrupando por filiación. La porra uruguaya se desintegraba y se integraba constantemente, gracias a que llegaba gente local con boleto en mano y exigían su lugar. Daba la impresión que no eran aficionados al futbol, simplemente les regalaron los boletos a última hora, varias personas llegaron después del medio tiempo!!!, otros optaron por retirarse en busca de otros lugares. Entonces al uruguayo que habían corrido de esos lugares, volvía rápidamente a unirse con la hinchada… Entonces los policías pasaban para sentarnos y poner orden, increíble, nos trataban como en un teatro!!!  La consigna de los organizadores fue no permitir gente de pie, lo pueden ver en las imágenes, al final no lo consiguieron.
El segundo tiempo pudimos celebrar a unos metros el gol de Forlán. Pasaban los minutos y la tensión crecía. Era un partido entretenido. Ghana tuvo el 52% posesión del balón, había tirado más a puerta que Uruguay, pero tampoco lo habían pasado por encima, era un partido de tu a tu.
Llegaron los tiempos extras, Ghana parecía que ganaba, mientras, yo seguía cantando con los sudamericanos y eso me sirvió como un analgésico para no darme cuenta de la realidad. Hasta que llegó una de las jugadas más vistas y recordadas, en este y muchos mundiales, la mano de Suárez.  Tengo que confesarlo, fue en la portería contraria, y no la vi en el momento. Lo que sí, es que no entendí porque no fue gol, era un gol cantado para Ghana. En eso, y sí la vi muy clara,  la roja para Suárez!!!, “¿pero como’!!!!” “¿porqué?!!!”, “sí sí es para Suárez…!!!” “no puede ser!!!!” en fin todo lo que uno puede decir en ese momento. No me di cuenta del tiempo que faltaba hasta que el árbitro pitó inmediatamente después de que Gyan falló el penal (convirtiéndose en el primer jugador en errar dos lanzamientos de penal en mundiales). No dimensioné que ese penal era la derrota uruguaya y el triunfo de África, sino hasta después… cosas del estadio.  Entonces los penales….(sin Lugano, ni Suárez). Ahora sí, los iba a ver bien porque eran en la portería de mi lado, mejor lugar imposible! Abrazado con los uruguayos vivimos uno a uno, como se viven los penales… finalmente Abreu, si Abreu, el 13 de la Celeste; todos, lógico ubicaban que había jugado muchos años en México, yo con mi playera verde y bufanda celeste, me sentí más identificado en ese  momento. Quizás varios en Uruguay y México sabíamos lo que podía hacer, todos menos el portero Kingson. No pensé que lo hiciera, y lo hizo…!!!! Si Zidane lo hace es un genio, si lo hace Abreu es un loco!!! cosas del futbol… Entonces la locura se desbordó entre todos los que estábamos ahí, menos para un africano que aprovecho el momento de euforia y con mucha habilidad me robó el dinero que llevaba…, al darme cuenta imposible atraparlo. El festejo más caro de mi vida. Enseguida volteo a ver mi bandera que estuvo los 120 minutos y los penales colgada en la portería norte del estadio y también había desaparecido… que final! África estaba enojada y arrollaba con todo, yo fui una víctima.
Las vuvuzelas callaron, Uruguay volvió a enmudecer un estadio como hacía 60 años lo hizo en el Maracaná, se ve que los uruguayos les gustan estas historias de los milagros… Un país de no más de tres y medio millones de habitantes en lo más alto del evento mediático más importante del mundo. Con un jugador expulsado que se convierte en héroe, con el mejor futbolista del mundial, con el mejor técnico, que más puede pedir esta pequeña nación sudamericana, pero grande en la historia del futbol.
A unas semanas de aquel momento sólo recuerdo los canticos uruguayos y el final de ver un equipo latinoamericano en una de las semifinales.  Salimos contrariados, conseguir transporte fue un lio, toda una aventura, después de horas, de varios problemas y de sustos, finalmente llegué a mi cama, pero eso sí satisfecho de haber visto el mejor partido del Mundial.



No hay comentarios:

Publicar un comentario